jueves, 19 de marzo de 2015

La controversia del uso de los Aditivos Alimentarios en los alimentos.


El Diario Oficial define a un aditivo como cualquier sustancia que en cuanto tal no se consume normalmente como alimento, ni tampoco se usa como ingrediente básico en alimentos, tenga o no valor nutritivo, y cuya adición al producto con fines tecnológicos en sus fases de producción, elaboración, preparación, tratamiento, envasado, empaquetado, transporte o almacenamiento, resulte o pueda preverse razonablemente que resulte (directa o indirectamente) por sí o sus subproductos, en un componente del producto o un elemento que afecte a sus características (incluidos los organolépticos). Esta definición no incluye "contaminantes" o sustancias añadidas al producto para mantener o mejorar las cualidades nutricionales.

Dentro de sus funciones se pueden mencionar las siguientes:
  • Conservar los alimentos.
  • Asegurar calidad y salubridad del alimento.
  • Permitir disponibilidad del alimento fuera de su época o temporada.
  • Facilitar la preparación.
  • Potenciar la aceptación y su consumo.
El empleo de los aditivos alimentarios siguen siendo el tema que más se desconoce dentro de la alimentación y que preocupa más a los consumidores y aunque se relacionan a los tiempos modernos, los aditivos alimentarios llevan siglos utilizándose. Estos se emplean desde que el hombre aprendió a conservar los alimentos de la cosecha para el año siguiente. En la antigüedad se utilizaban los colorantes y los aromas para realzar el atractivo de algunos alimentos, y empleaban salmuera (nitrato potásico), y especias para conservar y mejorar la apariencia de los alimentos. En general, los propósitos de la cocina casera tradicional y de la industria alimentaria, que emplea métodos de elaboración para preparar y conservar los alimentos, son para transformar materias primas de buena calidad en alimentos seguros, saludables y apetecibles.

Con el desarrollo de la ciencia y la tecnología de la alimentación en los últimos años, se han descubierto varias sustancias nuevas que pueden cumplir funciones beneficiosas en los alimentos, y estas sustancias alimentarios, están hoy al alcance de todos. Los aditivos hacen posible la existencia de productos "de larga duración" o de comidas y platos que se encuentran listos para calentar y servir, de esta forma haciendo la vida diaria más cómoda y práctica. Entre ellas, destacan los emulsionantes de la margarina, los edulcorantes de los productos bajos en calorías, y una gran variedad de conservantes y antioxidantes que ralentizan la degradación y enranciamiento de los productos, pero mantienen su sabor.

Actualmente los diversos organismos encargados de su control, están comprometidos a vigilarlos, y a analizar sus posibles efectos adversos para la salud humana. En caso de que aparezca algún efecto adverso, estos son inmediata y absolutamente prohibidos de aplicar para consumo humano. 


A nivel mundial, la Comisión del Codex Alimentarius, en conjunta con la  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se encarga de desarrollar normas internacionales sobre seguridad alimentaria, está preparando actualmente una nueva 'Normativa General sobre los Aditivos Alimentarios' (General Standards for Aditivos alimentarios", GSFA), con el propósito de establecer unas normas internacionales armonizadas, factibles e incuestionables para su comercio en todo el mundo. Sólo se incluyen los aditivos que han sido evaluados por el Comité Conjunto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios.Gracias al control riguroso y los estudios exhaustivos que se realizan, los aditivos alimentarios, se pueden considerar ingredientes seguros de nuestra dieta, que contribuyen a la rápida evolución del abastecimiento de alimentos en todo el mundo.

Sin embargo, el hecho de que los aditivos puedan provocar efectos secundarios ha sido un tema que ha preocupado mucho a la opinión pública, aunque existen detalladas investigaciones que demuestran que normalmente dicha preocupación se basa en ideas equivocadas, más que en el hecho de que puedan existir efectos secundarios identificables. Se ha demostrado que los aditivos alimentarios muy raramente provocan verdaderas reacciones alérgicas (inmunológicas).
Desde la década de los 70, algunos investigadores sugirieron que los cambios en la dieta habían coincidido con un aumento del número de niños que sufrían problemas de comportamiento. La idea de que los aditivos alimentarios, y los colorantes en particular, pudieran tener alguna relación con la hiperactividad generó gran interés y bastante controversia. Los estudios científicos no han demostrado que haya relación alguna entre los aditivos alimentarios, incluidos los colorantes, y los problemas de comportamiento o la hiperactividad.
Actualmente, no existen pruebas en el material científico publicado que apoyen que el uso de dietas de eliminación pueda ser la terapia principal para tratar problemas de comportamiento.
De manera paralela se anexa más información acerca de los aditivos, se hace mención de los diferentes tipos de los aditivos alimentarios empleados en la industria alimentaria actualmente, así como aplicaciones de ellos en la actualidad:
  • Aromatizantes: potencian los olores y aromas de los alimentos. Son generalmente utilizados en los zumos de frutas.
  • Conservantes: Evitan el deterioro de los alimentos donde la principal causa es el ataque al alimento por parte de microorganismos como las bacterias (toxinas) y levaduras entre otros.
  • Colorantes: Hacen al aspecto visual del producto. Dentro de los colorantes naturales se puede nombrar a especias como la curcumina, el azafrán y algunos pimientos molidos, también se utilizan vitaminas como la riboflavina (amarillos) y los carotenoides (naranjas) y clorofilas (verdes). Los colorantes sintéticos o artificiales suelen ser de poca aceptación del público debido a su eventual dudosa seguridad de aplicación para consumo humano, donde la utilización además varía según el país que los regule.
  • Antioxidantes: La oxidación de las grasas en los alimentos es el problema más frecuente luego del efecto producido por las bacterias y levaduras. Para disminuir la oxidación (ranciedad, alteración de la textura y color) utilizando técnicas de packaging y antioxidantes generalmente naturales como las grasas vegetales o especias como el romero.
  • Gelificantes y espesantes: Suelen ser fibras naturales como el almidón y sus derivados. En otros casos se utilizan gelatinas provenientes de subproductos animales, aunque estas suelen perder su consistencia al cambiar de temperatura.
  • Emulsionantes: Estos cumplen la función de conservar en un estado visiblemente unido alimentos compuestos por dos fases como ser una acuosa y otra grasa. Debido a que con el paso del tiempo las sustancias se separan, se utilizan emulsionantes que evitan este efecto natural. Dentro de las sustancias emulsionantes se pueden nombrar las lecitinas y aceites de soja entre otras.
  • Saborizantes, (sustancias para acentuar o potenciar sabores): Estas suelen potenciar el sabor de algunos de los componentes presentes en el alimento. Suelen influir en la forma como el paladar siente los sabores generalmente aplicados a sopas y salsas. Dentro de este grupo se pueden mencionar glutamatos de sodio, potasio y calcio.
  • Edulcorantes: Endulzantes artificiales y/o naturales son aplicados para incrementar la sensación de dulzura. Los edulcorantes artificiales  son aplicados mayormente a las bebidas de bajas calorías o para ser disueltos en infusiones reemplazando al azúcar y reducir drásticamente su contenido de carbohidratos. Generan gran polémica debido al dudoso efecto que puede causar al largo plazo. Los edulcorantes más conocidos son los ciclamatos, las sacarinas y el aspartame.